Mitos mexicanos Punto # 35 de julio 3, 2008

          Recién termino de leer una compilación coordinada por Enrique Florescano intitulada Mitos Mexicanos (Taurus, 2005), donde una pléyade de intelectuales, escritores, periodistas, antropólogos y gente pensante plasman su muy personal visión de los diversos mitos que enriquecen nuestra idiosincrasia nacional. Según Enrique Florescano “[e]n contraste con la historia, que se refiere a hechos ‘verdaderamente ocurridos’, el contenido del mito puede ser un acontecimiento real o imaginario, o un episodio que nunca ocurrió pero que muchos piensan que efectivamente tuvo lugar. En otras palabras, la verdad del mito no está en su contenido, sino en el hecho de ser una creencia aceptada por vastos sectores sociales. Es una creencia social compartida, no una verdad sujeta a verificación. Su validez y eficacia residen en su credibilidad.” Agrupados en tres grandes rubros: I. La nación y sus mitos; II. La sociedad y sus mitos y III. Personajes, cuarenta y cuatro ensayos desmitifican los mitos que a través del tiempo han perdurado aún cuando van en contra de la historia y del sentido común. Dejemos ahora el micrófono a los convocados:

De Hugo Hiriart en Máscaras mexicanas: “Decir entre líneas, dar un rodeo, sugerir. Nuestro ideal de claridad es el oráculo que ni dice ni calla, sólo hace gestos, es decir, signos a interpretar. Si los japoneses tienen la vergüenza y los españoles la envidia como pecados nacionales, nosotros tenemos la hipocresía y el doble fondo como marcas de fábrica.”

De Carlos Monsiváis en El político: arquetipo y estereotipo: “Si se recuerdan las catástrofes provocadas por los políticos, uno supondría eliminada esa leyenda que les confiere sagacidad y capacidades únicas y creería más bien que la inteligencia del político es la que le regala el cargo. Pero la cultura popular, por inercia y por tradición, aún alaba esa fama que es ausencia de cualquier otra virtud, la fama de quien nos echará la mano porque su poder o su cercanía con el poder lo vuelve generoso o ansioso de clientela. El político me recomendará, me dará empleo, le conseguirá a mi mamá una cama en el hospital, le conseguirá a mi sobrina el lugar en la secundaria, me convertirá en su secretario, pondrá mi nombre en la lista de…”

De Arnaldo Córdova en La mitología de la Revolución Mexicana: “En cierta ocasión, al dar inicio a una conferencia que impartió en la antigua Escuela (hoy facultad) de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, don Jesús Silva Herzog afirmó: ‘Los mexicanos tenemos dos deidades: Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe y Nuestra Señora la Revolución Mexicana’. En el México de hoy, no cabe duda, se trata de nuestros dos principales mitos populares que son, en todo y por todo, también mitos históricos.”

De Fátima Fernández Christlieb en La televisión: “Los aparatos, los telehogares, los equipos para producir imágenes, los canales de difusión, las antenas para la recepción, todo ello es una tangible realidad, pero en todo lo otro, en todo ese infinito universo donde se decodifican los mensajes, ahí en el corazoncito y en la cabeza de cada televidente, ahí comienzan los mitos, ahí se gesta una variada e inatrapable simbología.”

            De Marta Lamas en ¿Madrecita santa?: “Si desmitificamos la imagen de la ‘madrecita santa’ encontramos a madres agotadas, hartas, golpeadoras, ambivalentes, culposas, inseguras, competitivas o deprimidas. El mito de la madre no registra las aberraciones, crueldades y locuras que muchas madres – sin duda víctimas a su vez – ejercen contra sus hijos. El mito del amor materno encubre las motivaciones hedonistas, oportunistas, utilitaristas e interesadas de madres pasivas, insatisfechas, locas, crueles, narcisistas o simplemente desinteresadas en el hijo.”

            De José Manuel Valenzuela Arce en Mojados y chicanos: “La imagen mitificada de que la migración hacia Estados Unidos conlleva barrer dólares y acceso súbito al mundo de la comodidad y el dispendio se ha difuminado o, por lo menos, atenuado. La migración se ha presentado como cambio de estatus y la posesión de bienes es la prueba del éxito refrendado en la exhibición de los carros, los aparatos electrodomésticos, ropa extravagante de colores devastadores de retinas. Marcas de distinción que ahora se presentan en muchas ciudades de nuestro país. La atracción del discurso del éxito armado por el migrante ‘echador’ y las evidencias reales de mejoría económica se sobreponen a las miles de historias de desencuentros, fracasos y tragedias.”

            De Mauricio Merino en El pueblo: “El pueblo se convirtió así en el rehén del Estado y, al mismo tiempo, en su mejor justificación. Todos cabían en una sola palabra. Y todos eran convocados al influjo de su nombramiento: el sindicato, el partido y el Estado se convertían gradualmente en la misma cosa, gracias a los hilos con que se ataba al pueblo que esas tres entidades representaban.”

            De Félix Báez-Jorge en La Virgen de Guadalupe: “La emergencia de la conciencia nacional en México está estrechamente vinculada con la enorme influencia de la religión en la sociedad novohispana. A principios del siglo XIX el mito guadalupano (sorprendente construcción ideológica de indios, criollos y mestizos) fue el referente primordial de su identidad social. Con razón David A. Brading ha indicado que el guadalupanismo, el neoaztequismo y el repudio a la Conquista, son los temas que caracterizaron al patriotismo criollo, fluyendo directamente hacia el nacionalismo mexicano.”

            De Lorenzo Meyer en El mito del PRI: “Todo mito tiene una base de realidad y mal haría aquel que supusiera que todo en ese gran partido de Estado es cuento o fábula. Hay realidades: en la capital del país, en cada una de las capitales de los estados, en todos los municipios están sus edificios, sus activistas, su burocracia, su propaganda y sobre todo, sus candidatos – siempre el mejor hombre o mujer – que sistemáticamente se convierten tras una elección sin sorpresas, en triunfadores – al menos hasta hace muy poco – y finalmente en gobernantes revolucionarios sin tacha – por lo menos mientras estén en el ejercicio del poder. Todo lo anterior no es cuento; el PRI es el poder y el poder es el PRI o casi. Sin embargo, el gran partido de Estado no es únicamente realidad, también es cuento, fábula; tanto, que incluso los propios priístas, pese a ser personajes brutalmente realistas, han llegado a gustar de tales cuentos al punto de confundirlos con la realidad misma.”

            De José Joaquín Blanco en Exaltación y vituperio de los intelectuales: “Una sociedad fundada sobre el mito del letrado como apóstol, el intelectual Quetzalcóatl, el intelectual fray Bartolomé, el intelectual Motolinía, la intelectual sor Juana, el intelectual Clavijero, el intelectualísimo cura Miguel Hidalgo, el letrado Juárez, los poetas y novelistas que combatieron la intervención francesa. La gran utopía del intelectual mexicano fue primero el fraile o el cura de pueblo, y luego el maestro de escuela.”

            De José Woldenberg en El tapado: “El Tapado es el bueno, el sucesor, el próximo primer jefe, todo lo que se quiera, pero es producto de la voluntad de un solo hombre que removerá la capucha de alguno de sus más cercanos colaboradores, luego de lo cual será el mejor hombre para encabezar los destinos del país, pero nunca antes.”

            De Leonardo García Tsao en El espejismo sobre el espejo: La mitología del cine mexicano: “Supongamos que en un futuro lejano un grupo de arqueólogos se propusiera reconstruir lo que fue la sociedad mexicana a partir de un solo vestigio: una colección representativa de películas nacionales. El resultado sería sin duda intrigante. Los arqueólogos podrán deducir que hubo algo llamado Revolución Mexicana que, si bien fue un conflicto armado, se desarrolló como un desfile pintoresco de caudillos recios y soldaderas bravías; al mismo tiempo, se encontraría también con que la vida hacendaria, no obstante esa revolución, siguió vigente por décadas. En cuanto a rasgos nacionales, se llegaría a la conclusión de que en el campo los indígenas fueron las almas más nobles, mientras en la ciudad los pobres estaban similarmente ungidos por la virtud, la prostitución se ejercía por una vocación de sufrimiento y no hubo voluntad de sacrificio mayor que el de la madre mexicana. Y en una época, la defensa del bien estuvo en manos de luchadores enmascarados.”

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One Comment en “Mitos mexicanos Punto # 35 de julio 3, 2008”

  1. JACINTO IVAN Says:

    soy alumno de la uiem, soy jacinto ivan
    En este nos explica los motivos de los mitos y por los que han perdurado o no algunos .
    tambien nos dice que los mitos son creados por la sociedad y que estos no son una verdad concreta de las cosas.


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