Xenofobia lingüística Punto # 14 de enero 31, 2008

Xenofobia lingüística

Luis Recillas Enecoiz

ANTECEDENTES:

La nueva geopolítica mundial nos ha hecho partícipes, querámoslo o no, de un mundo sumamente integrado y globalizado en todos sus aspectos: político, cultural, económico, social, educativo, tecnológico y lingüístico. Lo anterior requiere hacer una relectura de nuestra realidad alejada de las interpretaciones tradicionales respecto a nuestra soberanía y nacionalidad, en fin, interpretaciones más acordes con nuestra realidad. La importancia del inglés como lingua franca en la cultura, la economía y la ciencia es innegable. La necesidad de comunicarse entre diferentes culturas ha hecho de varias lenguas el medio para un entendimiento universal dependiendo de la época. El latín, durante la alta Edad Media, el griego, previo a la influencia romana; el alemán o ruso durante el dominio soviético, etc.

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JUSTIFICACIÓN:

            El presente análisis pretende hacer una evaluación de cómo la enseñanza del inglés (no se requiere antecederlo de “idioma” pues la sintaxis y semántica del vocablo nos indica si estamos hablando del idioma o del gentilicio) requiere un cambio sustancial. Tenemos que romper infinidad de paradigmas para lograr fortalecer el dominio requerido en inglés para que nuestros egresados de educación superior puedan competir adecuadamente en un mundo donde este idioma es vital para la inserción del país en el concierto mundial. Por desgracia no existen muchas fortalezas o virtudes que nos hagan visionar un futuro halagüeño. Las razones que han hecho del inglés la lengua preferida para la comunicación internacional son irrelevantes. Ver al inglés como medio de dominación extranjera reviste un problema de xenofobia que a la larga impide un adecuado acercamiento y, a la postre, un verdadero dominio del idioma.

 

ANÁLISIS:

            Son cuatro, más no las únicas, las vertientes que el presente ensayo privilegiará. Alejado de lugares comunes y lecturas convencionales, el acercamiento al inglés debe romper con las formas tradicionales que, viendo los resultados, no han sido las adecuadas para llegar al dominio requerido por parte de los estudiantes nacionales, considerando las necesidades que conlleva el dominio de una lingua franca para la adecuada comunicación global. Por comunicación debemos entender, no únicamente hablar, escuchar, leer y escribir, que más bien conforman habilidades, sino ir más allá y desechar vicios y fobias que impiden convertirnos en un país que verdaderamente pueda explotar su potencial a nivel mundial. El análisis tratará de ir más a fondo y desmenuzará otros aspectos que, si bien no conforman el corpus académico, influyen de manera directa en él, pero sobre todo impiden la inmersión total del estudiante en el idioma. Los cuatro aspectos a discernir y discutir son: percepción, preparación de docentes, programas académicos y agresividad en la enseñanza.

  1. 1.     PERCEPCIÓN:

            La percepción que a través del tiempo hemos creado del inglés da como resultado un fuerte rechazo al mismo. Llamarlo, y en concreto es cierto, lengua extranjera o idioma extranjero no redunda en una aceptación; más bien, en amplio rechazo. El estigma que en nuestro país reviste el vocablo “extranjero” orilla al estudiante a verlo distante y contrario a su idiosincrasia. Recordemos que “extranjero” es un término que, dada nuestra historia patria, reviste más aspectos negativos que positivos; en la práctica es un término peyorativo. Mientras consideremos todo idioma que no sea el español como una invasión a nuestra cultura nos mantendremos alejados de los grandes avances mundiales en materia de ciencia, cultura y tecnología. Se necesita darle un enfoque más tecnológico el idioma y considerarlo más una herramienta que una invasión lingüística. Al inglés debemos verlo como una herramienta intelectual, tal como vemos la computación. ¿Acaso el idioma binario que manejan las computadoras lo consideramos idioma extranjero? Ni idioma lo consideramos, lo llamamos simplemente computación. Es una herramienta que nos permite acercarnos a otras tecnologías. Nunca se ha manejado a la computación como otro idioma. Similar acercamiento debemos comenzar a tener con el inglés. Debemos darle otro enfoque, no sólo para la total y adecuada inserción del alumno en el mundo laboral, sino para utilizar el inglés para conocer otras culturas y literaturas. En otras palabras, utilizarlo como llave intelectual para el conocimiento y entendimiento de otras culturas.

  1. 2.     PREPARACIÓN DE DOCENTES:

La preparación del claustro académico necesita de una capacitación más acorde con los requerimientos laborales y académicos que los alumnos requieren dominar al final de los cursos. Es requisito sine qua non para una adecuada capacitación tener sólidas bases en inglés. ¿Qué se entiende por bases sólidas? Pues sencillamente, que los egresados de Educación Superior tengan los conocimientos mínimos para integrarse adecuadamente a un trabajo y desempeñarlo con la mayor eficiencia. Para lograrlo es menester capacitar a los docentes en inglés, pero sobre todo, darle la misma seriedad que se le da a la labor de los docentes en ciencias duras o de español. En pocas palabras, ser más rígidos para contratarlos y no aceptar individuos que no hayan cursado estudios superiores. Se dan casos de que ex braceros que tienen años viviendo en Estados Unidos regresan a México y sin educación alguna obtienen una puntuación media en el TOEFL (Test of English as a Foreign Language), puntaje que les permite ingresar a dar clases de inglés. ¿Acaso somos tan laxos con los maestros de matemáticas o español? Una de las mayores deficiencias que encontramos en la enseñanza del inglés es que se hace en español. Los idiomas entran por los oídos, son auditivos, por lo que es sumamente importante que las clases de inglés se desarrollen TOTALMENTE en el idioma de Shakespeare y no en el de Cervantes. Es imposible aprender inglés si se da la clase en español. Necesitamos motivar a los docentes para que eviten usar español durante las clases de inglés. La capacitación de los docentes, para abarcar a los más posibles, se puede hacer vía teleconferencia, concentrándolos en tres o cuatro puntos geográficos de México.

 

  1. 3.     PROGRAMAS ACADÉMICOS:

Los programas académicos están desvinculados entre ellos. No hay continuidad ni homogenización que integre los programas de secundaria, educación media superior y superior. Se supone que un egresado de educación superior cursó alrededor de diez años de inglés (tres en secundaria, tres en preparatoria y cuatro en profesional), sin embargo los niveles de inglés de los egresados distan mucho de satisfacer las expectativas de los futuros empleadores; siendo optimistas el puntaje promedio del TOEFL de nuestros egresados de educación superior ronda los 300-350 puntos, muy por debajo de los 550 que es el puntaje que demuestra un dominio del inglés aceptable. Por otro lado, no hemos podido concatenar los programas de inglés en los tres niveles educativos y ello conlleva a una repetición de temas, al grado que los programas académicos son casi idénticos. Cuando se comparan los programas académicos de la materia correspondientes a secundaria, bachillerato y universidad resultan ser casi calca uno del otro y por ende los diez años de estudio de inglés se convierten realmente en tres o cuatro pues se repiten dos y hasta tres veces temas que debían considerarse vistos en el nivel inmediato anterior. Cuando a alumno toma un curso de cálculo diferencial o integral, el maestro da por descontado que el estudiante ya sabe álgebra y no va a repetir el curso. En inglés no sucede así. Vemos que en programas de educación superior se vuelve a enseñar el alfabeto y los números. ¿Acaso no fueron contemplados estos temas en los programas de primero de secundaria? Para concluir, es sumamente importante redefinir los programas de inglés para no duplicar o hasta triplicar los temas tratados y, a la par de los anterior, homogenizar los programas por nivel. Todas las secundarias tendrían el mismo programa y utilizarían el mismo texto, así como los bachilleratos uno ad hoc al igual que los universitarios uno acorde con las necesidades profesionales que el alumno encontrará en su vida laboral. Homogenizar y vincular programas nos permitiría en un período relativamente corto tener resultados medibles.

  1. 4.     AGRESIVIDAD EN LA ENSEÑANZA:

Nula agresividad en los programas y métodos de enseñanza de inglés y por tanto un nulo dominio del mismo es lo que hemos tenido como resultado. Agresividad en los programas implica adecuarlos a las necesidades que en el mundo laboral se requieren; no se trata de que los egresados lean a William Shakespeare, sino que tengan los conocimientos para ejercer las tareas que por sus características se sustentan en un mínimo dominio del inglés. Debemos actualizar nuestros programas para que cumplan con los perfiles que la industria requiere y para ello es vital tener una fluida y continua comunicación con los organismos empresariales para estar al día con los requerimientos que un mundo globalizado y dinámico demanda. Con el dominio de otra lengua no mengua la soberanía ni el nacionalismo. Dominar otra lengua no implica una invasión extranjera ni la pérdida de nuestra identidad. Desde la perspectiva del funcionario de alto nivel, en quien recae la definición de políticas educativas, pasando por los que manejan presupuestos y definen cómo, cuándo y en qué se gastan nuestros impuestos y, terminando con los docentes quienes tienen la gran responsabilidad de trasmitir el conocimiento es fundamental un cambio de mentalidad y entender que el ostracismo cultural y lingüístico no redunda en beneficio alguno para la inclusión de México en el contexto global. El dominio del inglés nos abrirá puertas en todos los ámbitos. Todo el comercio mundial en el siglo XXI se hará utilizando el inglés como lingua franca, sin dejar de mencionar la ciencia y la tecnología. Debemos aceptar, querámoslo o no, que el inglés, independientemente del concepto de lengua imperialista, se ha convertido en una herramienta sumamente importante para el desarrollo profesional al igual que el dominio de la computación. Así debemos verlo: dominar la computación es primordial en los planes de estudio y así lo demuestra la política digital que se administra y promueve desde el gobierno federal y los estatales, pero la enseñanza del inglés nunca ha alcanzado esa importancia.

CONCLUSIÓN:

            Para concluir no resta más que insistir en el cambio de mentalidad hacia ese idioma. Cambiando nuestra visión del inglés y viéndolo tan sólo como una herramienta para el desarrollo profesional, estaremos mucho mejor preparados para cambiar los programas, gastar adecuadamente el presupuesto, capacitar al docente en didáctica lingüística, crear una infraestructura con incluya laboratorios de idiomas, formar docentes con un bagaje bicultural, etc. Con un acercamiento más racional que xenofóbico ganaremos todos: alumnos, docentes, directivos, funcionarios, políticos, empresarios y, más importante, México.

derchak54@yahoo.com.mx

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